A veinte minutos de Verdeña se encuentra el bosque fósil del Carbonífero. Se trata de un paleosuelo en el que se aprecian tocones y troncos de árboles de un bosque que existió hace 300 millones de años. Continuando la ruta se llega a dos miradores desde los que se domina toda la Pernía y Castillería.
La ruta discurre por el valle de Castillería, zona que destaca por sus valles con abundante vegetación y por sus prados cercanos a los cursos de agua. Hace años las explotaciones mineras fueron abundantes en algunos municipios de la comarca, y aún se pueden ver restos de algunas escombreras y edificios derruidos. Precisamente una explotación de carbón a cielo abierto permitió descubrir el bosque fosilizado al que se llega por esta ruta.
El itinerario parte de Verdeña, al que se accede desde la carretera que asciende al puerto de Piedrasluengas. Más concretamente el recorrido parte de un aparcamiento habilitado recientemente a las puertas del pueblo. Atravesamos una plaza, junto a un antiguo lavadero, más tarde unas escaleras y un pasadizo, y salimos del pueblo por un camino que se abre a mano izquierda, junto a huertos cercados con muros de piedra. Desde este camino tomamos una derivación que surge enfrente, y a los pocos metros encontraremos, a mano derecha, el inicio de la pista que nos lleva al bosque fósil. Andados algunos metros el camino se desvía hacia la izquierda y nos adentramos subiendo en un robledal, en el que podemos disfrutar de un mirador con vistas hacia Peña Celada. Al poco salimos del robledal y nos encontramos la pared rocosa.
Este muro lo podemos observar con detalle desde un mirador protegido, y localizar así las marcas que dejaron los bosques que poblaron esta zona hace 300 millones de años. Podemos apreciar estructuras estrelladas, que son marcas de tocones segados por una avenida repentina de agua marina, y también algún resto de las marcas de los troncos.
Diversos paneles interpretativos nos aportarán más detalles acerca de este singular yacimiento, que se descubrió al abrir una mina a cielo abierto. Tras recorrer el bosque petrificado seguimos nuestra ruta. A pocos metros encontramos un mirador desde el que podremos contemplar hermosas vistas del paisaje de La Pernía. Una vez pasado el collado seguimos el recorrido señalado, que nos devolverá al pueblo de Verdeña, por un agradable camino entre árboles y prados.